Cultivar con empeño, pero sin esfuerzo y en estrecha relación con la naturaleza. No podemos pensar en nada más hermoso e importante. Esto es la enseñanza dejada por Ruth Stout , una agricultora poco conocida en Italia, pero que se ha hecho un hueco en América, con sus libros y sobre todo con su experiencia práctica de un huerto natural, gestionado "sin romperse la espalda".

60 años después de su publicación El libro "L'Orto Senza Fatica" llega a Italia un texto fundamental para comprender el método Stout. Esta edición italiana de Jardinería sin trabajo (1961) ha sido editada y traducida por Gian Carlo Cappello, agricultor, autor del libro "La Civiltà dell'Orto. La Coltivazione Elementare" (La civilización de la huerta. El cultivo elemental) y fundador de Elemental Cultivation.

Dejaré a Gian Carlo que nos introduzca en la figura de Ruth Stout, empezando por su biografía y terminando por sus métodos de cultivo. Por supuesto, luego les recomiendo que recuperen el libro para estudiarlo más a fondo. Dejo la palabra al autor...

Índice

Ruth Stout: una pionera en los albores del Cultivo Elemental

Cuando supe de la existencia de esta señora hace unos tres años, muy lejos en el tiempo y en el mundo, sólo le eché un vistazo de pasada, pero lo que vi me intrigó lo suficiente como para decidirme a saber más sobre ella.

Me enfrenté a un gigante, un ajeno al cultivo natural Encontré en ella un denominador común con la Horticultura Elemental, tanto en la filosofía como en la práctica.

La vida de Ruth Stout

Ruth Imogen Stout en Rossiter nació en 1884 en Girard, Kansas, y murió en 1980 en Redding, Connecticut.

En 1929, a la edad de 45 años, tras una vida interesante, por decir lo menos , Ruth se casó y al año siguiente optó por dejar Nueva York para trasladarse con su querido marido Fred a una finca de algo más de 22 hectáreas en Poverty Hollow, en la zona rural de Redding, Connecticut. Por aquel entonces, su experiencia agrícola era aún nula; de niña sólo había recogido fresas en la granja familiar, una finca muy descuidada por lospadre siempre ocupado como superintendente escolar.

Pero antes de entrar en los detalles de cómo crecerá en Poverty Hollow, echemos un vistazo a la vida y personalidad de Ruth. Proviene de una familia numerosa, siendo la quinta de nueve hermanos.

Su madre, Lucetta Elizabeth, y su padre, John Wallace, se adhirieron al movimiento protestante cuáquero. La educación de sus hijos se basó en un principio muy radical: escuchar la propia voz interior sin concesiones, sin dejarse influir por el conformismo social y desterrando toda mediación institucional .

Esta impronta familiar, unida a los estímulos culturales que ofrece la familia, templará el carácter de los jóvenes Stout, convirtiéndolos en personas capaces de sacar lo mejor de sus vidas. Su hermano Rex, por ejemplo, se convertirá en el autor de la famosa saga literaria del detective Nero Wolf.

Antes de aterrizar en tierra El currículum de Ruth es tan variado e inusual se puede imaginar: fue activista del "Movimiento por la Templanza" ( templanza por así decirlo, iban por ahí asaltando salones con hachas en la mano), ayudante de un ilusionista que leía los pensamientos del público desde el escenario (la joven Ruth leyó los suyos y lo dejó), niñera, dependienta, oficinista, obrera, capataz, propietaria de un salón de té del Greenwich Village, espiritista, misionera...en la Rusia asolada por las hambrunas leninistas. Ya desde este resumen podemos deducir cómo las enseñanzas, sobre todo maternales, se expresaron ampliamente en la larga vida de Ruth Stout, siempre rectos y decididos, fieles a sus sentimientos más íntimos .

Cuando en los años 70 se le pidió que participara en el movimiento de emancipación de la mujer, respondió que no se sentía implicada porque era "libre de nacimiento". Teniendo esto en cuenta, podemos atribuir sin temor a equivocarnos a su libre elección, y no al condicionamiento social, el hecho de que permaneciera, como se decía entonces, "pura" hasta que conoció a la persona a la que más tarde amaría para siempre.

Ruth Stout y el huerto

Ruth también aplica al huerto la convicción de que sólo escuchando los propios sentimientos se puede tomar la decisión si se aceptan las normas y cuáles Pero, sobre todo, la futura Sra. Mulch creará sus propias reglas.

Una vez en el país, convertida ya en una mujer madura, ¿qué otra cosa podía salir de una mente tan abierta, radical y decidida sino un nuevo y revolucionario método de cultivo ?

Como inexperta, tras seguir inicialmente los consejos de los agricultores locales y de su hermano Rex, todo consorcio y tractor, en cuanto la experiencia la respaldó cierra las puertas a los productos químicos y a la maquinaria y empieza... otra historia.

Tras casi quince años de cultivo convencional, quitará la llave del tractor y nunca más habrá el menor descuido por su parte en confiar el destino del cultivo a la Naturaleza.

El método de Ruth Stout

Es principios de abril de 1944, Ruth espera a un tractorista que no llega, y la corta temporada en Connecticut se escapa sin que ella pueda empezar a sembrar y plantar; se acerca desconsolada a los espárragos y pregunta: ' ¿Por qué si tú creces tan exuberantemente sin labranza alguna, yo tengo que arar para cultivar? ".

Al parecer, una nueva Juana de Arco en el campo, oyó una vocecita que salía de los espárragos: " No lo haga y proceda a plantar "A veces la conciencia de uno adopta la apariencia más inesperada.

Como siempre, Ruth no adopta medias tintas: a partir de ese día, su cultivo consistirá en otros treinta y seis años sólo en el acolchado del suelo (principalmente con heno), la siembra, el trasplante y la espera de las cosechas.

Así nació el " Método Stout " o " Sistema Stout ": el pulgar verde sin romperse la espalda ( Cómo tener un pulgar verde sin dolor de espalda , 1955), el huerto sin esfuerzo ( Jardinería sin trabajo , 1961), cuyo secreto es mantener el jardín cubierto de mantillo todo el año ( Secretos del método del mantillo para todo el año , 1973).

Además de los productos químicos y los motores de combustión, ya no habrá sitio en su corazón ni siquiera para la sencilla tecnología de un sistema de riego "fijo". A partir de ese abril su huerto de unos 200 m² no volverá a ser azadonado, ni taladrado, ni regado, ni recibirá un solo gramo de estiércol o compost sólo ocasionalmente una pizca de harina de algodón, que calificó de "probablemente innecesaria".

En realidad, ese "espolvoreo" suple el vacío energético provocado en el suelo por la retirada de la hierba con su particular forma de apilar el heno en la cubierta, razón por la cual en el Cultivo Elemental, en cambio, la hierba silvestre permanece viva y se potencia incluso en presencia de mantillo.

Muchos expertos de renombre, profesores universitarios e investigadores "integrados" intentarán infructuosamente menospreciar su trabajo, recogiendo respuestas sabias y a veces burlonas a cada paso. Sólo Dick, es decir, el profesor Richard V. Clemence (presidente del Departamento de Economía del Wellesley College, Massachusetts) consigue captar la estima y el afecto de Ruth y colaborar con ella desde sureunión para toda la vida.

Ruth Stout y la agricultura alternativa

Yo diría que Ruth al concebir su método y realizarlo no hace referencia a ninguno de los exponentes de la agricultura alternativa que operaban en su época: en sus escritos no se menciona el cultivo "biodinámico", traído a América en 1940 por Ehrenfried Pfeiffer, autor del libro Agricultura y jardinería biodinámicas (publicado en Europa en 1938) y discípulo predilecto de Rudolf Steiner. Estoy seguro de que, aunque esa obra hubiera pasado por sus manos, la habría descartado por ser demasiado compleja para sintonizar con ellanaturaleza para simplificar las prácticas hortícolas y... la vida.

Ruth menciona en cambio la obra de Sir Albert Howard, describiéndola apresuradamente como más o menos "un montón de abono".

Cuando el biólogo suizo Hans Müller, su esposa Maria y el médico alemán Hans Peter Rusch se hicieron populares en el norte de Europa en 1945 por su método de cultivo "biológico-orgánico", Ruth ya llevaba con nosotros en Estados Unidos al menos un año.

En el momento de los hechos, Masanobu Fukuoka (1913-2008) era aún demasiado joven para ella.

Desde Ruth, todos los intentos de desarrollar nuevas formas de cultivo ecológico no han hecho más que complicar la vida a los agricultores en comparación con su método alterando las elevaciones del suelo o aplicando tecnologías que hagan depender el cultivo de factores externos o alteren el equilibrio natural del suelo introduciendo sustancias extrañas, aunque sean de origen orgánico.

Me gustaría añadir a la lista la asimilación mal entendida entre Naturaleza cultivada y Naturaleza salvaje, donde lo salvaje y lo natural residen en la esencia de quien cultiva y de lo que se cultiva, no en la dispersión en el monte o bosque salvaje de los alimentos a los que confiamos nuestra voluntad para liberarnos de la sociedad de consumo.

Y en la lista de malentendidos "post-Stout" añado la interpretación de la "permanencia como resultado del intervencionismo de diseño, donde sería deseable retroceder a nuestra dimensión de diseño humano y natural compartida con todos los seres sensibles, es decir, con otros seres vivos de todas las especies.

Admiro a todos los que se han dejado el alma intentando llevar la agricultura en la dirección de la Naturaleza, pero es como si la vocación de simplicidad y esencialidad se detuviera con Ruth Stout .

Tenga en cuenta lo siguiente: Durante treinta y seis años, es decir, hasta su muerte, sus cosechas fueron abundantes y fiables, sin bajones, en un entorno de cultivo libre de enfermedades.

La relación con la Naturaleza

En cuanto entró en el jardín, tras asegurarse de que estaba protegida de miradas indiscretas, Ruth a menudo se desnuda completamente y se cultiva con un traje "adámico". (nota para la Accademia della Crusca: hay que declinar con "evitic").

Mi interpretación nos lleva del plano de la nota de color a una dimensión filosófica sencilla, pero más profunda: la relación directa entre nosotros y la Naturaleza resuelve los problemas que acucian a la humanidad, en primer lugar el abastecimiento del alimento cotidiano, sin someterse a la ciencia y la tecnología.

Sólo en el contacto directo con la Naturaleza redescubrimos la dignidad desnuda del animal humano y nuestras capacidades inherentes suprimidas por la civilización actual, dentro de la cual no es de extrañar que se haya hecho desaparecer a Ruth del horizonte como un mal ejemplo de consumismo: en la América que descubrió los electrodomésticos, ella cultivaba con sus propias manos -y no sólo eso- y utilizaba impertérrita el molinillo de café.

El huerto sin esfuerzo: edición italiana

Nací en 1957 y me licencié como agrotécnico en 1977, sólo tres años antes de la muerte de Ruth Stout.

Después de una vida en la tierra, alrededor de los cuarenta empecé los primeros cultivos elementales, pero si hubiera conocido antes a esta mujer me habría evitado muchas pruebas de campo y experimentos.

Ahora que tengo sesenta y cuatro años, el "Método Stout" no añade nada nuevo al Cultivo Elemental; aunque antes ignoraba la existencia de Stout creo que lo he llevado más lejos, en una evolución coherente sus directrices prácticas y filosóficas hasta el punto de que el reciente, pero apasionado, encuentro con Ruth ha procreado la traducción, por primera vez en Italia, de uno de sus libros más significativos: Jardinería sin trabajo publicado con el título El jardín sin fatiga.

Todavía casi desconocida en Europa y especialmente en Italia, la popularidad alcanzada por Stout en EE.UU. y Canadá desde los años cincuenta hasta los ochenta fue del orden de cientos de miles de ejemplares de libros vendidos y siete mil visitantes a su jardín de toda Norteamérica.

Ruth ha sido la maître à penser del cultivo alternativo en el extranjero durante décadas, y espero sinceramente que su filosofía y su trabajo, precursores de los mejores métodos de cultivo verdaderamente ecológicos, se extiendan también aquí, que buena falta nos hace.

Coherente hasta el final con su altruismo Ruth donó su cuerpo a la Facultad de Medicina de Yale para investigación. Hoy sus cenizas descansan en el cementerio de Evergreen Haven, en la misma tierra de Connecticut que ella amó y cultivó durante casi medio siglo.

Artículo de Gian Carlo Cappello